lunes, 28 de febrero de 2011

Desesperados.

"¿Qué nos lleva a la desesperación?"  Me pregunto seriamente sentado frente a la computadora. Veo sus rostros molestos, sus palabras  lacerantes, y me veo a mí mismo. No dejo de cuestionarme y cuestionarme; me canso de la pregunta. Pero finalmente sigue ahí y no se va.
Después de un momento sucede algo sorprendente e inimaginable: "No es desesperación". Por primera vez en minutos tengo señales de lo que se aproxima a una solución. "¿Entonces qué es?" Y el pensamiento que le sigue me cae como un balde de agua fría en la conciencia. Nada hay tan complicado como matarse; se debe ser un maestro en el arte del desprecio para ahogar a lo que una vez se pavoneó como sí mismo.
Opto por desgarrarme el cabello con un suave toquido. Mis manos tiemblan escondidas. Es verdad: Así somos.

viernes, 18 de febrero de 2011

Visita

Fuiste una sorpresa el primer día, el segundo fuiste incluso un espanto; ayer simplemente fuiste esperada.

lunes, 14 de febrero de 2011

Crítica de la razón impura.

"Acerté en el título", dijo Pedro,  después de presenciar un robo en el centro. -¿Y qué te pareció? -Petulante, respondí. Recordé también aquel momento en que volví a mi hogar; en ese entonces Pedro me hizo la misma pregunta. Quizá nunca hallo otra respuesta.
Me cansé un tiempo de jugar a ser Dios. Ahora pienso que Dios carga el pecado más grande que existe; en efecto, el de existir. Logré sacar un par de risas, y una desproporcionada variedad de sazones amargos que estaban exponencialmente diferenciados de las jocosidades. Pero, ¿qué relación guarda el robo y mi hogar y mi divinidad falseada? Definitivamente no lo sé.

Recuerdo coquetearle con miradas llenas a una azafata que pasaba diario al lado del vehículo en el que mis padres y yo volvíamos a casa después del colegio. Veía entonces un ojo -y su gemelo- lleno de brillo y seguridad; hoy veo desesperanza. ¿A dónde iba? ¿Qué buscaba? ¿Qué quería o qué era? Tal vez, si me inmiscuyo a profundidad en su figura,  puedad revelarme esas cuestiones.

Hoy me paseo por el pasto (que queda a tres cuadras saliendo de mi actual escuela) y reflexiono entre tantas y tan desvariadas oraciones vacías. Borro el sustantivo de esos desvelos y dejo a la cosa desprovista de sí. No pongo especial atención a algo en particular, cierro los ojos y doy un trago de humo. ¿Que qué me pareció? Divinamente definitivo.

sábado, 12 de febrero de 2011

Lo insignificante.

Pues mira, que esto de intentar acercarme es una mera vulgarización de términos. De antemano sabemos que somos pequeños y tormentosamente diminutos, en definitiva, insignificantes. Al final siempre se trata de agrandarnos sabiendo ya que no podemos.

Álgebra

Cada escrito es una incógnita perpetua, a menos de que sea liberada por su creador. Para quien no conoce esta variable, puede haber miles detrás de una oración; todos aparecen desde nuestra memoria. Y la pregunta siempre es: ¿Quién eres, tú, detrás de esas palabras?
Sabemos también que no puede ser cualquiera, así que reducimos el dominio y rango, y con eso, aumentamos la probabilidad de que estés aquí, quienquiera que seas. Sabemos, desde luego, que si eres ninguna/o (o bien, cero) no tiene mucho sentido que no estés aquí.
Al final, siempre existen muchos valores, todos adecuados a la necesidad de cada quién; pero individualmente, y para todos, siempre hay una ecuación por resolver que tiene la cantidad justa para el sistema.

viernes, 11 de febrero de 2011

Business

-Porque la razón que lleva a la sin razón no es más que una prolongación de la misma.-

¿Si le doy a elegir entre el contenido de dos cajas -una negra y otra blanca- cuál de las dos escoge? ¿Ninguna?
Veamos, ahora le doy a escoger entre tres cajas, ¡está mejor! ¿no? No, ¡no!, espere señorita, vea que ese otro charlatán no le da escoger entre tantas cajas. Mírelo nadamás, sus ojos están pálidos de hastío; su boca está reseca de tanto mentir; ¡pero vea esas manos! están sucias por dentro, ¿qué no puede ver a través de esos guantes blancos?
Espere espere, le mostraré una cuarta caja. Dígame si no le gusta y puedo cambiarla por otra. Si es por éstas, mis ojeras, que parecen hoyos negros en el vacío, debe usted saber que están así por pensarle tanto, y a tan entrada la noche. O dígame si es por mi boca seca, pues déjeme decirle que no he bebido agua, ya que la restante está en una de las cajas que tengo para usted. Y no puede decir nada de mis manos, que aunque negras eran, las he lavado ya hace mucho tiempo. Así que dígame, y sea honestamente justa, que mis cajas, bien son pequeñas, bien son antiguas, pero estese segura de que algo valioso hay ahí.
Y dígame, si es porque no traigo guantes, pero es para no olvidar lavar mis manos; o si es por no dormir, pero es para pensar en usted; ya sabe que si es por la boca seca, puede simplemente dejarme vivir sin usted..

miércoles, 9 de febrero de 2011

Come fast a save me, this one is not gonna live this way for much time.

Dolores Rea

Dentro de una cama vieja y maltratada descansa Dolores Rea. Dentro de su sueño fluye un río de sauces; fuera de ella, la amargura. Detrás de sus pupilas hay un ángel (o dos, o tres...); fuera de ella, un castigado.
Dolores camina dos pasos al espejo, dos pasos al comedor y dos pasos a la escuela. Va cantando canciones de amor. Una de sus zapatillas va desatada y su fleco es circunflejo.Mientras camina habla con su fleco:
-¿Qué pasa?
-Tengo frío
-¿Por qué fleco? Hoy te he peinado con agua tibia.

Entra al salón de clases, y los niños juegan aventando aviones de papel. La maestra empieza la lección "...así es como podemos describir la exentricidad de nuestra función. Ahora calculemos la...". Dolores escucha atenta a su mayor. No tan lejos se escucha algo familiar "Rea, ¡Rea!, número veinte, pase al pizarrón". Se levanta y camina lentamente, pero no lo suficiente como para no caer.
En el suelo, Dolores habla con su zapatilla suelta:
-¿Qué pasa?
-Me duele un brazo
-¿Por qué zapato? Hoy te he lavado con suavidad.

Dolores camina de regreso a casa, y al dar la vuelta en la esquina prohibida, unos hombres comienzan a molestar. Abusan de ella y Dolores queda tirada en el suelo, un río de sauces corre por su falda. Ve el río y habla con él:
-¿Qué pasa?
-Me duele el alma.
¿Por qué río de sauces? Hoy he peinado con agua tibia a fleco y se ha quejado; he lavado con suavidad a zapatilla y se ha quejado ¿debería yo estar triste porque me han lastimado?

martes, 8 de febrero de 2011

lunes, 7 de febrero de 2011

Superioridad.

Todas las mañanas, después de despertar, X. veía su reflejo en el espejo. Miraba detenidamente por largos e incontables minutos. Le gustaba hojear en su aspecto y vislumbrar su anatomía: La barba crecida y  discontinua, nariz prominente, ojos grandes y penetrantes, cabello despeinado, boca tierna. Pensaba que, a pesar de todo, podía ser peor; pero no era suficiente...

Le gustaba (todas las mañanas, todas las tardes, todas las noches) mirar dentro de sí el reflejo de Y.. Repetía el proceso de cada mañana, pero todo el día con Y., y pensaba: "Debería tener un letrero llamativo en el rostro, de esos que hacen los publicistas. Últimamente hay tantos letreros, tan variados y llamativos, que parece difícil hacer que el sol lance sus rayos al rostro." Tenía, entonces, X. una nota con la leyenda "Tiempo compartido.; ofrezco fracción de vida.".

Había entre X. y Y. un puente con tablones rotos, algunos, y también firmes y sólidos, otros. Quizá ambos buscaban cosas distintas, quizá buscaban lo mismo pero ese no era el puente, quizá no se esforzaban en arriesgar. Pero ni Y. leía el letrero de X. y X. no miraba el letrero que estaba escondiendo Y.

Así pasaron todas las mañanas (tardes y noches) X. viendo su reflejo en el de Y. y Y., haciendo quién sabe qué cosas...

Algún blog, sobre alguien que habla de alguien o algo más.

Tan pequeños que somos y tantos, mucho de poco (bueno, igual y depende mucho del punto de vista de cada quien). Yo estoy seguro de que no mucha gente se pasea por estos rumbos. Igual eso no es excusa para no hacer nada. También es padre porque puedo escribir a quien sea y muy seguramente no lo leerá, y si lo lee, no hablará de ello a menos que sea importante.

Escribo y escribo y me enojo y me pongo feliz y escribo de nuevo; el punto es escribir. Le escribo a x o y cosa, o a tal o cual persona, y me gusta. Pero al final somos tantos y tan pequeños, que, siendo yo mucho de poco, se me pasa la tinta.

domingo, 6 de febrero de 2011

"Tu fantasma." S. Rodríguez

"Especialmente
la casa
me resulta
insoportable
cuando
desde sus rincones
te abalanzas 
sobre 
mí."

Sueño: 1.

Uno, y jugamos a ser transparentes, jugamos a ver lo que sucede, jugamos a callar lo que ni siquiera pensamos. En la tarde, el cielo es una repetida nota con tu nombre; en la noche, Orión es un eterno cubetazo de agua, eterna y constantemente lento.
Dibujo en la acera, mientras camino, hipotéticas frases para recordar mientras te hablo. Dos morfemas declarados a la tierra y tres a la Luna, eso sería cinco en total para ti. Lo cual es ya demasiado tiempo en un sueño declarado como mío. -Juego, sin tu permiso, a recordarte. Juego a acariciar tu cabello con algún pretexto infantil. Juego a que juegas cuando callas, y a que callas cuando olvidas todo en lo que nunca piensas. Juego a jugar que juego, también a jugar que juegas. Me gusta batear con la mirada todo pensamiento tuyo, y acariciarte con el pretexto de rechazar toda la arquitectura que recubre esos recuerdos.-

En el tiempo vacío, relleno el espacio con lo que, tal vez, serás: Preso o fugitivo.

viernes, 4 de febrero de 2011

Suenas tanto a ti.

No me pongo a pensar seriamente en la evolución de cosas que están fuera de mi alcance; quizá si metiera al mundo en mi cabeza me aburriría de ti. Aunque es muy divertido jugar con las constantes y las causalidades. 
Supongamos que, aunque me desperté a las 5:10 a.m., solamente me levanté hasta las seis para meterme a bañar; eso hizo que estuviera a cinco minutos de llegar demasiado tarde a la escuela como para poder ser recibido, lo cual me llevaría a permanecer en la casa todo el día. Llamemos a este caso primero x; ahora supongamos que existe un análogo de x pero en tu estadía, llamémoslo x1.
Termina la escuela y hay probabilidad alta de asistir a determinada reunión (este caso será y). Dado que no hay conocimiento del futuro, decido que y es casi un hecho; ahora simplemente se debe esperar a que se cumpla una condición (y!) para dar como seguro a y
Antes de corroborar y tengo que tomarme tiempo para hacer unas compras, pero sucede que de vuelta me encuentro al individuo D.. D. me ofrece un trago y le informo sobre y para postergar su propuesta en caso de no realizarse la mía, ó, rechazarla y ofrecerle asistir a y
Para no cansar el asunto, podemos decir que aledaña a y, x  y la aparición de D. (o bien D), existieron tres situaciones más(además de las variables tempo-simétricas que pudiste haber tenido) , las cuales no tienen necesidad de explicarse en este punto.
Se cumplió x como primer influencia importante y se eliminó y! (y por ende: y): Con eso basta para saber que soy extremadamente afortunado de haber conjugado en mi día esas situaciones, ya que, de manera azarosa, me llevaron a formar el hecho I (que sólo tú, yo y dos testigos conscientes pudimos presenciar (venga en este punto que I puede ser nada valioso, incluso para los testigos y tú (claro hecho que no para mí ), pero es, como ya dije, divertido pensar en los dados del destino) ¿recuerdas que ha pasado(hecho intrascendente y volátil que a pocos importa (y quizá muy en el fondo a mí tampoco, pero me niego a sentirlo así. Y es que es tan complicado jugar al ciego con el sol en la cara) ¿recuerdas? ¡Qué bello sería si lo hicieras y de tu boca saltara una sonrisa!)?).
¡Qué grandes cosas se necesitan para lo pequeño! Saltan por todas partes preguntas, pero entre todas la más importante: ¿Qué necesita alguien, que apenas y moverse puede, para mover al mundo hacia él?...
entendamos al mundo como un análogo tuyo.

martes, 1 de febrero de 2011

Aviéntame.

Desde atrás de la esquina te miraba. Te veías hermosa. Si bien yo no pretendía ir a hablarte -o siquiera cruzar alguna mirada contigo- anhelaba estar junto a ti. Eras la viva imagen de un ideal que se hallaba dentro de mi soledad; eras, pues, la soledad misma.

No sé cuántos segundos pasé mirándote, tampoco sé cuántos días repetí la sesión, es bien cierto que eso no tiene importancia. Intentando calcular el límite de tu intuitiva paciencia y de mi desesperación por dejarlo todo me adentro en la curvatura de mi imaginería fantástica. Ahí, y sólo ahí, eres más perfecta; en realidad no eres nada. 
Me imagino una cuerda larga y dentro de ella mi cuello; pálido, rojizo en el centro y titubeante. Me imagino un cigarro consumiéndose al lado de una cigarra tambaleándose en su rugido monótono. Me imagino una taza de café eterna y crema seca, y azúcar, y granos sobre la mesa. Me imagino tu cabello largo y café, tu boca discreta y bien formada, esos ojos a veces rojizos por el humo, tu pequeña altura, tu volátil voz (y entre tanto el beso que no llegó). Bien te imagino yo. Te imagino entera y exhausta, te imagino vacía e inexistente. Te imagino, y me canso de llenar mi cabeza de recuerdo y café.

Desde atrás de mi esquina te miraba -te veías hermosa, quizá aun así te veas-. Si bien, jamás te hablé ni crucé palabra contigo, anhelo estar junto a ti.. Sigues siendo aquel fuego dentro de mi soledad; ya eres, pues, la soledad misma.