martes, 29 de marzo de 2011

Sin léxico.

Hoy los dioses mandaron sus diablos, pero eso me hizo saber que hace falta un solo ángel para sobrellevarlos.

Creación literaria.

Cuando busco una palabra ajena para expresar la idea mía termino, en la mayoría de casos, escribiendo la propia. Y no puedo creer que a ellos no se les haya hablado con la voz de quien escribo, ni se les haya hablado a susurros, ni el Sol -Astro de todos los días- les haya dicho lo que a mí me grita en su ocaso. No puedo creer que tú voz no se les haya aparecido ni en sueños -Tantos en los que ya ni siquiera te reconozco, a manera de ser necia y forzada-.
Busco en cualquier poeta y veo que no han visto nada. Porque no verte es no ver nada, y no reconocer la muerte de Helios es no saber de nada, ni de lo poco que Sócrates decía no saber.
Asimismo yo sé que estoy en esa misma circunstancia, pues, quien reclame por las futuras faldas de la Luna, o por la belleza del nuevo Agatón, dirá:-Aquel poeta de quien los elogios cantan hacia tal o cual cosa, no sabe más que el que sacrificó para su muerte. Y ese poeta estará consciente de que yo le sé menos que sí mismo.

Y de esta manera me conjuro a mí mismo.

viernes, 11 de marzo de 2011

Thus spoke the world.

¿Te das cuenta de lo que pasa? Allá afuera, sí afuera, fuera de esos ojos pardos enaltecidos por la conquista, ahí afuera, la gran máxima y exuberante mayoría de homo sapiens sapiens voltean a verte con un dejo de indiferencia, que se parece más al deprecio. ¡Bah! ¡Qué importa!
Miras a los muchos amigos que responden tus mensajes pormonótonaacciónrecíprocasocial enseñada por los padres, y los padres de los padres de los presentes. Miras también al que mira, igual que tú, y nadie para de hablar. La voz amistosa es aquella que mira silenciosamente mientras sus ojos hablan, aquella que dice como si nada pasara (como si viese la herida y tratara de curarla), aquella que mira  y mata.
La madre mira silenciosa, el padre mira y no ve. Los demás están muertos. Dentro de la sobriedad más extrema se denota que a veces el mal es la casa. Poco importa.
Pero, y tú, que miras tiernamente la noche, que eres conocedor del cielo y del astro que ilumina y del astro que es veneno y vida. Tú que miras, igual que el que mira, con ojos pardos; que ves mensajes pormoacresos en tu buzón; que distingues la muerte de quien vale. Tú, que mirarás eternamente por tu ventana, ¿hará, si quiera, poca falta en conocernos? Sea, y ven, que las lágrimas son acero, en donde el cielo acorta más los días y las noches se vuelven siempre largas.

lunes, 7 de marzo de 2011

Sinceridad.

Leo, sinceramente,
la sinceridad
de tus ojos negros.
sin ceder ante ti,
ni ante mí,
ni ande Dios
leo sinceramente
sin lograr ceder.
Duermo
do el cielo no despide más que brasas fugitivas
en la penumbra
y todo,
igual que tus ojos negros,
es sinceridad,
en donde leo siempre,
siempre,
sin ceder ante dios,
ni ante mí, pero, por alguna razón,
siempre,
siempre,
contra ti.

sábado, 5 de marzo de 2011

Génesis

Al principio todo era caos.
El Diablo, que estaba muy aburrido,
decidió que era buena hora para jugar.
Entonces creó a Yahvé,
y vio que era bueno.

Del principio hasta hoy,
que no es el final,
el diablo no se ha aburrido.
Tenía razón,
Yahvé es bueno para jugar.

jueves, 3 de marzo de 2011

Here we go...

Dentro del infierno, o paraiso, según se describa, existe un átomo casi indivisible. Tiene una voz estruendosa que dice en eco, repitiéndose en cada momento, "Este soy yo. Escuchadme, pues vosotros tenéis el único instrumento para lograrlo"; frecuentemente se le ignora.