domingo, 26 de junio de 2011

Heráclito y Parménides.

Pues sucede que así pasaron las cosas...
Me divorcié de la vida hace apenas unos días, o unos meses, o unos años. Es difícil saber cuándo o cómo se originan los hechos del presente, quizá sólo hay un inicio y un final, un hecho. La ruptura se me hizo visible no hace muchos meses, entre premuras y cadenzas mentales. En un principio pensé que ya era el fin de todo y el fin de mí, pero no fue así; acomodé mi sobreexitada ansiedad fuera de mi corazón y lejos de mi vida. Algo se apareció frente a mí, o, mejor dicho, me aparecí frente a algo, pues ese algo siempre estuvo ahí, hablándme y diciéndome todo lo que necesitaba saber y que nunca escuché.
Y todo llegó como un Sol. De mano, la luz y la muerte se juntaron en el punto preciso que guarda mi esencia. Al final, lo primordial no es entender al mundo, sino entenderte en él.

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