viernes, 11 de febrero de 2011

Business

-Porque la razón que lleva a la sin razón no es más que una prolongación de la misma.-

¿Si le doy a elegir entre el contenido de dos cajas -una negra y otra blanca- cuál de las dos escoge? ¿Ninguna?
Veamos, ahora le doy a escoger entre tres cajas, ¡está mejor! ¿no? No, ¡no!, espere señorita, vea que ese otro charlatán no le da escoger entre tantas cajas. Mírelo nadamás, sus ojos están pálidos de hastío; su boca está reseca de tanto mentir; ¡pero vea esas manos! están sucias por dentro, ¿qué no puede ver a través de esos guantes blancos?
Espere espere, le mostraré una cuarta caja. Dígame si no le gusta y puedo cambiarla por otra. Si es por éstas, mis ojeras, que parecen hoyos negros en el vacío, debe usted saber que están así por pensarle tanto, y a tan entrada la noche. O dígame si es por mi boca seca, pues déjeme decirle que no he bebido agua, ya que la restante está en una de las cajas que tengo para usted. Y no puede decir nada de mis manos, que aunque negras eran, las he lavado ya hace mucho tiempo. Así que dígame, y sea honestamente justa, que mis cajas, bien son pequeñas, bien son antiguas, pero estese segura de que algo valioso hay ahí.
Y dígame, si es porque no traigo guantes, pero es para no olvidar lavar mis manos; o si es por no dormir, pero es para pensar en usted; ya sabe que si es por la boca seca, puede simplemente dejarme vivir sin usted..

1 comentario:

  1. Aww no ma
    En qué caja estaba el corazón? Estaba más grnade esa caja.

    ResponderEliminar